Sabemos de hoy, pero no de mañana

Cuantas veces se ha escuchado a alguien mencionar esa frase ante un hecho "trágico", como seria un accidente automovilístico, o que a alguien le diagnostiquen alguna enfermedad terminal, etc.

Muchas veces he oído decir que hay que aprovechar cada minuto, cada segundo, cada instante de nuestras vidas. Vivir al máximo como si fuera el último día en que podremos seguir respirando. Y claro, este puede que sea nuestro último día, al final sabe cuando le llegará su hora.

Y es que cuando somos concientes de las cosas que pueden sucedernos o sucederle a las personas a nuestro alrededor, es muy difícil no intentar dar lo mejor de nosotros, no siempre esperando a que ese esfuerzo nos de una recompensa al día siguiente, a veces simplemente para sentir que lo que hemos hecho hasta ese momento nos ha llenado y nos hace decir: hasta hoy he hecho lo que he querido, y he vivido como he podido, si muero mi espíritu no tendrá que arrepentirse de nada (parafraseando un poco lo que normalmente se diría claro esta).

A veces no necesariamente tiene que ser el último día de tu vida, a veces puede ser peor. Quedar discapacitado, en coma, ciego, y un montón de cosas que pueden atrofiarnos la vida que llevábamos provocando carencias que nos harían desear estar muertos.

Sabemos de hoy, pero no de mañana y si lo supiéramos la vida no tendría ese sabor, que a veces puede ser: "como una piña un poco agria, otras como una banana u otras como una fresa algo dulce"(Espino, parafraseando a Marxengels). Si supieras que te depararía el mañana, la fecha y momento exacto de tu muerte, si realmente se cumplirán esas metas o proyectos planteados, entre muchas otras cosas la vida en esencia perdería sentido, o acaso crees que no?

Ya no seria ese plato de frutas tan variado que con un toque dulce o amargo te hace la vida mas interesante.