Caminarás más despacio, pero llegarás más lejos

Desde hace algunas semanas he estado viendo una serie televisiva donde uno de los personajes principales hacía alusión a la siguiente frase que engalana el título de este escrito: "Caminarás más despacio, pero llegará más lejos". No he podido aún omitir la misma de mi memoria y mucho menos de las redes sociales a las que pertenezco recordándola cada día tratando de creer en sus palabras.

¿Por qué algo que escucho por televisión se marca tanto en mi vida? Creo que mucho tiene que ver con las experiencias vividas, todas esas circunstancias atenuantes que suelen parte irrevocable del diario vivir. ¿Nunca te ha pasado que por ir demasiado rápido olvidaste algo sumamente importante, o que al acelerar la velocidad terminas estrellándote contra la pared? "Vísteme despacio que voy de prisa" dice un refrán.

He notado que las cosas llegan en el momento preciso, sin un segundo más y sin un segundo menos, especialmente cuando esperas paciente a que sucedan. La vida a veces es demasiado sabia, y desesperarse para ir contra ella puede llegar a ser imprudente e incluso fatal. Yo sé que hay ciertas oportunidades que aprovechar y como dicen por ahí, "son calvas y hay que agarrarlas por los pelos", sin embargo, a veces ir corriendo evita que apreciemos muchos detalles de especial importancia.

A todos les llega el momento a la hora precisa, ¡claro! no significa esto que te vas sentar a esperar de brazos cruzados, a veces es necesario incluso poner un poco de esfuerzo tocar aunque sea un poco el pedal, sin desesperación.

El mundo da demasiadas vueltas, y no porque llegues de último significa que seas un perdedor, si la meta está clara sólo necesitas recorrer el camino, ella no se irá de su lugar.

Tomate el tiempo de apreciar esas bellas cosas que encuentras en el camino, porque te serán necesarias para lograr esa meta tan anhelada.

Foto: Dahiana J. Vásquez