Ser o no ser

Einstein, gran físico-matemático, creador de la ley de la relatividad durante su niñez fue pésimo en las matemáticas durante sus años de escuela y aún así logró lo que nadie en su época había alcanzado.

Bosch, apenas concluyó sus estudios básicos, pero a pesar de ello es uno de los más famosos escritores, novelistas y cuentistas dominicanos, ubicándose en la cima de la literatura latinoamericana.

Beethoven, fue un niño precoz en el arte de la composición, la música y el piano, y sin embargo era sordo.

Son miles los ejemplos de personalidades sobresalientes alrededor del mundo que en algún momento de sus vidas se vieron ante la barrera del "ser o no ser", como citaba Shakespeare en su obra magna Hamlet.

“Los títulos hacen a la gente; una profesión es lo que te da valor; si te interesa el arte, no puedes ser matemático; si dibujas feo no puedes ser arquitecto; si te quemas, te saco de la universidad”

Son tantas las frases pronunciadas por hombres y mujeres, adultos, profesionales u obreros, personas trabajadoras o simples vividores quienes tratan de amoldar a quienes tienen a su alrededor a su imagen y semejanza.

Ellos quienes ponen de ejemplo a tantos hombres y mujeres como Einstein, Bosch o Beethoven, se olvidan de las debilidades que los hicieron ser quienes son llamados ahora.

Ellos quienes acusan y juzgan, los que pretenden y aparentan, los que permiten que una sociedad dañada siga creciendo, olvidan cómo era vivir durante la era de Trujillo, cómo era estar a mitad de una guerra mundial, o simplemente cómo era ser con o sin unos padres, sin hermanos o tan sólo alguien.

Ser o no ser, y esa es la cuestión. Ser ingeniero, aún gustándole la literatura, ser arquitecto aún sin saber dibujar, ser profesional aún sin tener los conocimientos necesarios, tener un título aún sin ser “gente”, ser el mejor aún habiendo reprobado las materias.