Abandono

Las personas suelen dejar atrás muchas cosas, lugares, otras personas, situaciones... Abandonan muchas veces sin querer, otras veces queriendo, la mayoría de las veces por necesidad. Dejan a un lado sus sueños, sus metas, sacrifican a sus amigos, familiares o al amor de su vida.

El abandono nunca es fácil, ni para quien abandona ni para quien es abandonado. Padres que dejan a un lado a sus hijos, hermanos que se alejan, hijos que jamás regresan... muchas veces se dedican a buscar a algún culpable, cuando quizás nunca hubo tal.

En algún momento de nuestras vidas hemos sido abandonados y hemos abandonado, por alguna razón desconocida, o tal vez conocida nos hemos visto en esa común aunque un poco incómoda situación.

Hoy confieso que los he abandonado, en algún instante fui egoísta, ignorante o simplemente tonta. Los he dejado sin darme cuenta, sin reparar el vacío que pude haber dejado en ustedes, en si fue bueno, malo o simplemente no importó.

Confieso que fui abandonada, por un tiempo, por un lugar, por un instante. Fui dejada en el olvido de algunos pensamientos, de muchos sentimientos, me dolió alguna vez, fue incomodo al principio, pero al final ningún abandono se queda en vano.

Abandonamos tantas cosas a lo largo de nuestro andar, tiramos las cargas más pesadas a mitad del camino, a veces la más insignificantes, a veces las que más nos importan con la mayor de las dificultades, el mayor de los pesares.

Pero al final, siempre habrá un abandono, nos guste o no, es parte del camino, del andar.