La Vida en Perspectiva

viernes, 16 de mayo de 2008
Un saludo cordial para los lectores de La vida como la veo. Esta es la cuarta edición de "La Vida en Perspectiva". A tan solo unas horas de pasados los 15 días formales, les remito uno de los últimos cuentos de la temporada. Esperando que sea de su agrado y comentarios, aquí les dejo con la cuarta (4to) historia de "La Vida en Perspectiva".

"Memorias"


Tenía mucho que no limpiaba aquel viejo armario lleno de trastes. Era el momento perfecto para ello, estaba de vacaciones y no tenia absolutamente nada que hacer. ¿Por qué había esperado tanto para realizar tan “noble” actividad?

Siempre tenia alguna excusa para evitar el tener que abrir aquel viejo armario, pero realmente no recordaba el motivo de su desinterés por ello, aun sabiendo que desde hacia tiempo ya había sido la hora de limpiar y botar cosas viejas.

Al momento de abrir las puertas de madera empañadas de polvo fue como recibir mil y un recuerdos agolpados en una vieja caja de zapatos. Ropas, disfraces, una guitarra, una pila de cuadernos amontonados, libros, cajas…empezó a sacarlo todo, sabia que habían cosas dañadas, pero era necesario revisar por si aun servia algo.

Cada vez que tomaba un cuaderno, o una caja en sus manos era como si un viejo recuerdo la golpeara en la boca del estomago. Cuantas cosas había dejado atrás, rostros, lugares, sentimientos…

Encontró una caja la cual estaba repleta de viejas fotografías de su niñez y parte de su adolescencia. Tantos rostros que desde hacia ya tanto habían elegido un camino distinto al de ella. Aquellos que fueron su mano derecha en aquel momento, ya ni se dejaban asomar por la esquina. Cada quien había tomado su camino, y ella (que no dependía de nadie) lo había hecho igual.

Finalmente había logrado sacar todas las cosas de aquel viejo armario. Solo se quedo con algunas incluyendo la vieja guitarra, un par de cuadernos y una que otra vieja carta. Ya no necesitaba seguir guardando aquellos objetos de su pasado. No tenia sentido seguir teniendo aquel viejo rincón de su casa para momentos que nunca mas volverían.

Solo le quedaban las cosas realmente importantes: su primer amor, su primera desilusión, aquel viaje al exterior, aquella reunión entre amigos, una carta de perdón, una de felicitación, una servilleta con un gracias, una moneda que ya no valía nada, una cadena de metal, un anillo de plata, taquillas de aquel afamado concierto, hojas escritas con sus abrumadores pensamientos. Todo eso conformaba las memorias que realmente le importaban, sin embargo no los conservo para recordar, sino porque así lo deseaba.

Todo lo demás, lo quemó. Hasta ese momento no se había dado cuenta de que lo que realmente necesitaba recordar no estaba en una fotografía o un objeto, sino en su cabeza y, para sonar algo cursi, en su corazón.

2 comentarios:

Aripiano dijo...

Aun tengo muchas cosas que en realidad nose porque las guardo, pero es sorprendente como puedes viajar en tan solo un instante observando un objeto o un recuerdo.

Como dice los VIEJOS " Recordar es vivir".
jajaja como no!!

Dahiana J. dijo...

Asi es mi amigo, con un objeto podemos llegar mas lejos de lo que se cree...