A medida que se inculca el deseo de transmitir las ideas de una manera clara, concisa y entendible, se enseña que el fondo tiene tanta importancia como la forma.
"No sólo es lo que se diga, sino cómo se diga", es la frase que comúnmente suelen pronunciar, profesores, comunicadores e intelectuales. Es distinto cuando se le pide a un empleado que realice alguna función extra, a cuando se le exige de manera brusca y agresiva.
Las cosas hay que saber decirlas con tacto. Más duele una bofetada decente que una indecente, y es que las palabras, si se saben utilizar, pueden convertirse en la única arma factible a favor de sus usuarios.
Normalmente no se está consciente de lo poderosa que puede ser una sílaba, una palabra o toda una oración. Cuando el novio le pide a matrimonio a la mujer de su vida, cuando esta responde si o no, al denunciar algún atropello físico, al cometer violencia psicológica, rechazando o aceptando, elogiando o repudiando, para bien o para mal.
Por sí sola, puede desmoralizar a una persona, o incluso destruir pueblos enteros, pero también tiene la capacidad de crear, erigir y levantar ciudades, poblaciones, instituciones.
Dominarla de la manera más correcta, tomando en cuenta el qué, su sentido y el cómo, ha de servir como medio no sólo de expresión, sino de cambiar o mantener un mundo donde el tacto y la sensibilidad hacen demasiada falta.
4 comentarios:
"...puede desmoralizar a una persona, o incluso destruir pueblos enteros..."
Siempre sera cuestión de tacto, el desdén de las palabras o el respeto de las mismas.
Excelente.
Gracias, Mitra, y tienes mucha razón, el desden o el respeto...son cosas que hay que tomar muy en cuenta, a veces no importa tanto el qué sino el cómo.
El verbo crea y destuye imperios, tus reflexiones te acercan a los misterios de la creaccion y la destruccion, espero que tanta sabiduria te lleve a los senderos de la Felicidad Armoniosa y Plena
Es muy importante lo que dices ahí. A veces hasta el silencio es doloroso en algunos contextos.
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