Un festival de emociones

domingo, 29 de agosto de 2010

Entre romances y pasos de baile, sudor y agua a chorros, besos apasionados de niños que no saben amar y canciones engalilladas, entonadas al límite de los gritos al ver aquel artista de pasiones, en eso se basó mi primera experiencia en un Festival de Música, de la categoría del Festival Presidente de Música Latina.


Desde el inicio la música era protagonista, y a pesar de algunos silencios esporádicos, siempre nos mantuvieron bailando, cantando, aplaudiendo y gritando a viva voz las letras de esas canciones que tanto hemos seguido a lo largo de nuestra de vidas. Comenzando con un grupo que nos hizo encender los motores, aún estando a "Contraluz", luego la música del DJ que nos tenía a mil, para dar una bienvenida espectacular que a todos nos dejó boca abierta, las emociones se encendieron cuando la música urbana se hizo presente, el regueton tenía a los jóvenes adolescentes encendidos, hasta que llegó la hora de la sala, se dispersaron las masas, y entre coreografías salseras y coros de adultos llegó un "Yo no sé mañana" que hizo vibrar el estadio.


Luego de una pausa desesperante, entre anuncios y más música del DJ, el escenario dio paso a un joven romántico que puso a todas las chicas a gritar y cantar a viva voz sus canciones, y a algunos hombres también. "Perdóname", "Aquí estoy yo", "No te cambio por ninguna", "Aunque estés con él" entre muchas otras hizo el equilibrio perfecto entre romance y una que otra movidita que puso a brincar a todos. Y por supuesto no podía irse sin una sorpresa, cuando a mitad de un "Quien te dijo eso" salió a escena una cantante dominicana que a dúo hacían la combinación perfecta de voces entrelazadas.


La noche no pudo haber terminado mejor, cuando a su salida, la audiencia le pedía más y regresó para entregarnos tres temas más y dejarnos con "Papá", "El maestro" quien de inmediato puso a merenguear al público, sin importar si estabas en pareja, sólo o entre amigos, todos se movieron al son de la bachata, el son y el merengue deseando que "Ojalá que llueva café", con la "Guagua", pasando con "Bachata en Fukuoka". Y como las sorpresas no terminaban, nos entonó con un rock acompañado de un gran amigo que esta vez no llevaba su "camisa negra".


Entre fuegos artificiales, mucha agua desde el escenario, efectos de luces, bailes, canciones, calor y sudor, y una cantidad impresionante de personas la noche del 28 de agosto del 2010 el Estadio Felix Sánchez celebró el final del verano en un Festival de Música Latina que nada tiene que envidiar a los festivales internacionales, haciendo que los asistentes se sintieran satisfechos y a pesar de regresar agotados, cansados y sin voz, sintieran que fue una de las mejores experiencias vividas.

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