Diario, Viaje de Mochila: Santa Bárbara, Parte 3

viernes, 1 de abril de 2011

La primera impresión de Santa Bárbara te la da un mercado municipal, el reguero de motoconchos y el solaso del medio día. La misión, conseguir el Comedor del Estado...luego de preguntar, y caminar sólo algunas cuadras nos topamos con el sitio de frente pero, ya estaba cerrado. No contabamos con dos cosas: uno, era sábado y dos, eran las 12:30.

Así que caminamos algunas calles en busqueda de algun pica pollo, lo que no sabíamos era que en Santa Bárbara todo está muy bien organizado, porque cada cinco pasos puedes ver un Comedor Pica Pollo...luego de entrar a tres de los que vimos, y terminar decidiendonos por el cuarto, pedimos el plato del día que terminó siendo todo un manjar de platos dominicanos incluyendo: arroz, guandules, moro de guandules, cerdo, chuleta, pollo, fritos verdes y dos tipos de ensalada...ah si, y agua gratis. Descubrimos que el local tenía un baño completo, por lo que aquel podría ser una opción cuando decidieramos tomar algun baño y cambiarnos de ropa, tambien que los espejos están estrategicamente colocados para que las personas de baja estatura no puedan verse en ellos.

Ya con las panzas contentas y el bolsillo satisfecho, decidimos ir al ayuntamiento para averiguar las actividades de la ciudad, el objetivo ahora era lograr ver a las Ballenas Jorobada, puesto que casualmente estabamos en el lugar idoneo en la época acertada. Caminamos entonces algunas cuadras, y chocamos de frente con la mega plaza de "madera". Aquí nos tomamos algunas fotos en la primera "casa" (que por cierto era del color "perfecto" = verde) y notamos que realmente no era madera...seguimos caminando para notar que detrás de la línea de casa de "madera" y de colores había todo un mundo, incluyendo un pequeño escenario donde Lirme nos deleito con un expectáculo de "baile". Un señor que caminaba por el lugar fue el autor de la primera foto grupal, y con él conocimos la palabra "camarita".

La idea era entrar a trabajar como camaritas al hotel de la colina (un hotel de lujo ubicado en la "loma", donde habían un reguero de extranjeros) claro trabajariamos por una noche a cambio de alojamiento y comida, pero el señor como que no nos creyó así que seguimos el camino.

Nos dirigimos entonces directamente hacia el hotel, en el trayecto nos topamos con unos muchachos quienes pidieron una foto, así que nos tomamos varias con ellos, para etiquetarlos en Facebook más tarde...el único problema es que nunca anotamos sus nombres...en fin. Al atravesar el "semidesierto", encontramos una mini playa y la entrada para cruzar los puentes. Al subir las primeras escaleras encontramos con un area verde dónde un gran árbol hacía de sombra...nos sentamos un rato al punto de quedarnos dormidos, todo era tan tranquilo y pacifico que daban ganas de quedarse ahí. Al final nos pusimos de pie dispuestos a averiguar que había del otro lado del puente. Llegamos a la última isla chocando de frente con una especie de boulevard abandonado. Al regresar de la aventura entre monte, culebra y un caminito mal hecho, conocimos a Junior, un señor que trabajaba en mantenimiento en el hotel.

Conversamos un rato con él, tratando de ver si lograbamos conseguir los puestos de camaritas, al final vimos que era imposible, así que desistimos y regresamos al pueblo. Al pasar por la costa del muelle conocimos a Nano, un buscador que nos dio los datos de un hotel barato y una excelente oferta para ir a ver Cayo Levantado. Aceptamos la idea del hotel, y montandonos en los mini-taxis nos dirigimos al Hotel Leydi, donde con solo 200 pesos cada uno, conseguimo una habitación doble con aire, agua caliente y televisión con cable. Dejamos las mochilas para seguir explorando.

Caminando por el muelle, compramos unas gafas de sol, tomamos algunas fotos, echamos gasolina a uno de los yates y conocimos al Capitan de la marina, quien nos dio una charla y un tour por su navio (el resto de esta información es clasificada por lo que no puedo seguir detallandola en este diario). Al terminar el tour, terminamos en helados Bon bailando la macarena alrededor de una mesa. Al salir, la Super Luna ya estaba afuera, así que cruzamos la calle para observarla mejor desde el malecon. La noche había caido y apenas eran las 7:30...claro queno sabíamos lo que Santa Bárbara nocturna nos tenía preparado desde aquel instante...


Foto tomada por: Extraño que por ahí pasaba.

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